El equipo responsable de ese fenómeno global conocido como “El Código Da Vinci” regresa para la altamente anticipada Ángeles y Demonios, basada en el best seller de Dan Brown.
Cuando Robert Langdon descubre cierta evidencia que indica el resurgimiento de una hermandad secreta conocida como los Illuminati, también cae en la cuenta de la amenaza mortal que este hecho supone para la Iglesia Católica, el enemigo más despreciado de esta sociedad secreta. Tras enterarse de que en poco tiempo una bomba prácticamente imparable estallará, Langdon viajará a Roma, en donde sumará sus esfuerzos a los de la científica italiana Vittoria Vetra. ¿Qué terrible descubrimiento pudo haber hecho el Vaticano como para que llamaran a Langdon, el hombre que pudo descifrar el código más controvertido de la historia? Langdon y Vetra seguirán un Sendero de Iluminación de cuatrocientos años de antigüedad que, desgraciadamente, representa la única esperanza del Vaticano.
A pesar de que Howard vuelve a repetir los mismos errores de la adaptación anterior -falta de emoción en el relato y demasiada velocidad para resolver los misterios que se presentan-, Ángeles y Demonios es una buena propuesta de cine pasatista. Los personajes de Brown se embarcan en una cacería a través de criptas selladas herméticamente, catacumbas peligrosas, catedrales abandonadas e incluso el centro de la bóveda más escondida de todo el planeta.
Texto: Damián Serviddio
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