La vida de los otros

Investigadores que estudian cómo la sensación de bienestar de las personas varía de un lugar a otro decidieron comparar sus hallazgos con las tasas de suicidio. El resultado fue sorprendente: los sitios más felices a veces son también los que presentan las tasas más altas de suicidio.
"Las personas descontentas que se encuentran en un lugar feliz pueden sentir que son tratados con especial dureza por la vida", sugirió Andrew Oswald, de la Universidad de Warwick, en Inglaterra. Dicho de otro modo por su colega Stephen Wu, del Hamilton College de Nueva York, Estados Unidos, aquellos desdichados que se hallan rodeados por personas infelices quizá no se sientan tan mal.
Pero Wu pidió cautela en sacar conclusiones al decir: "No creo que eso signifique que si uno no es feliz debería estar alrededor de otras personas que tampoco lo sean".

Fuente: “Los riesgos de la felicidad ajena” publicado en Diario La Nación.

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