La decepción es un sentimiento con connotaciones poéticas. Un experimento que acaba de publicarse en la revista científica Frontiers in Human Neuroscience lovuelveun poquito más prosaico, aunque no por ello menos importante: según afirman científicos del Baylor College of Medicine (BCM), un instituto que forma parte del centro médico más grande del mundo, lo experimentamos cuando se activa una pequeñísima región ubicada en el centro del cerebro, la "habénula", y nos indica que nuestras expectativas no se cumplen.
"Cuando la recompensa es menor de lo esperado, el cerebro necesita aprender cómo evitar acciones que conducen a ese resultado", escribe el profesor Read Montague, director de la Unidad de Psiquiatría Computacional del BCM.
"«Habénula» (diminutivo de «habena») significa «riendita», en latín -explica Ramiro Salas, químico graduado en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA radicado hace 18 años en los Estados Unidos y primer autor del estudio-. De esta región emergen dos grupos de axones que parecen las riendas de la glándula pineal."
Aunque conocían varias de sus funciones (está involucrada en el comportamiento alimentario y sexual, la memoria, la ansiedad, la adicción...), hasta ahora los científicos no le asignaban a la habénula ninguna en especial. Es más, se hablaba de ella como "un conductor de orquesta escondido" o una especie de modulador de comportamientos.
Fuente: “Hallan un área cerebral que nos ayuda a aprender de los errores” de Nora Bär
"Cuando la recompensa es menor de lo esperado, el cerebro necesita aprender cómo evitar acciones que conducen a ese resultado", escribe el profesor Read Montague, director de la Unidad de Psiquiatría Computacional del BCM.
"«Habénula» (diminutivo de «habena») significa «riendita», en latín -explica Ramiro Salas, químico graduado en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA radicado hace 18 años en los Estados Unidos y primer autor del estudio-. De esta región emergen dos grupos de axones que parecen las riendas de la glándula pineal."
Aunque conocían varias de sus funciones (está involucrada en el comportamiento alimentario y sexual, la memoria, la ansiedad, la adicción...), hasta ahora los científicos no le asignaban a la habénula ninguna en especial. Es más, se hablaba de ella como "un conductor de orquesta escondido" o una especie de modulador de comportamientos.
Fuente: “Hallan un área cerebral que nos ayuda a aprender de los errores” de Nora Bär
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