La Sexta Vía

Durante los años de la Inquisición, se exterminaba la herejía y se censuraban libros y escritos que atentaran contra la fe. Los inquisidores difícilmente se equivocaban: podían reconocer la semilla herética con solo analizar el rostro de los sospechosos. De este modo, comprendían cuando un hombre mentía, detectando el momento en que sus músculos se tensionaban o las inflexiones de su voz cambiaban. La antigua sociedad secreta de los brujos, hechiceros que sólo ansiaban el final de la iglesia, era la peor pesadilla de este brazo armado de la religión. Para evitarlo el fin de sus creencias, los inquisidores hacían que los rebeldes confesaran a Dios como una sustancia única, todopoderosa, subsistiendo en la trinidad de Padre, Hijo y Espíritu Santo.

La batalla de sangre y fuego tenía un claro vencedor en el año 1599. Hasta que el poderoso astrólogo Darko, infiltrado dentro de los muros santos, descubrió el modo de leer la peligrosa reliquia perdida desde hacía siglos. Dentro del orbe dorado reposa un mapa, la guía final al lugar donde reside escondido el misterio último de la humanidad, el sitio exacto donde espera el caos, un cataclismo tan verdadero que el mundo entero deberá inclinarse ante su innegable poder.

El escritor bonaerense Patricio Sturlese, se arriesgó a concebir una excelente novela de intriga teológica, género poco explotado por autores nacionales. Este hecho, que merece ser celebrado, se condice con sus estudios actuales en el teologado jesuita del Colegio Máximo de San Miguel, sumado a sus labores de investigación en castillos europeos e histórica eclesiástica. Es espíritu de la obra puede ser palpado en este breve resumen de la introducción: “El mal es aceptado y perpetrado todos los días por cientos de personas en actos deshonestos. Es practicado desde el amanecer hasta el ocaso, formando las notas de una sinfonía obrada por ricos y pobres que moldea la imagen de Satanás. En definitiva, un espejo de los hombres.”



Otras propuestas
Las viudas de los jueves tomó como punto de partida la sorprendente aparición de tres cadáveres en la piscina de una casa de country, para realizar un análisis casi sociológico sobre estas opciones de vida, muy en auge en los bacanes años noventa. Quienes estén en busca de una novela policial, abstenerse.

Por otro lado, el Manual del Caníbal, de Carlos Balmaceda, es un impecable relato de la retorcida mente humana. Aquí, un manual de cocina recorre las distintas generaciones de una familia, desde sus orígenes con los platos de dos hermanos gemelos italianos, hasta las inspiradas recetas de su tataranieto antropófago. Altamente recomendable.


Texto: Damián Serviddio

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