Según una información de la agencia EFE difundida por Yahoo News, la detención de cuatro chinos en estado ebrio pillados "in fraganti" con el cadáver desenterrado de una joven en el maletero del auto en el que viajaban arrojó luz recientemente sobre la dificultad para cumplir con la macabra tradición del "Minghun", las bodas entre cadáveres de solteros.
Sucedió en junio en el distrito de Hangshang, provincia de Shaanxi (centro), cuando, después de perder a su hijo en un accidente en agosto de 2008, el señor Lu se puso en contacto con un "casamentero", en este caso su vecino, para que buscara una muerta de edad similar fallecida por las mismas fechas. En el distrito son frecuentes este tipo de bodas "póstumas", aseguraba el diario local, así que el vecino negoció con otra casamentera la compra del cadáver de una joven que se había suicidado en 2007 al suspender el examen de acceso a la universidad.
El señor Lu y su hermano acudieron a Dawang, el pueblo de la suicida, para negociar con el tío de la muerta la "dote", y acordaron 38.000 yuanes (5.560 dólares). Sin embargo, cuando ya estaban cavando en la tumba para recuperar el cadáver, los familiares rompieron el pacto, por lo que los Lu decidieron robar el cadáver el 3 de junio, cuando fueron interceptados por la policía.
Detrás de este ritual pervive la creencia china de que los solteros traen desgracias y hay que asegurarles una vida feliz en ultratumba, una tradición que parece ser habitual en provincias como Shaanxi (meseta del Loes), pero también en Fujian o Taiwán.
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