Gordos

Introducción: Mauro Fulco nació ochomesino, pesó 2,650 kilos y pasó sus primeras horas de vida en una incubadora. Hoy, treinta años después, se autodenomina gordo. Un hombre al que las publicidades de calzoncillos con modelos portadores de planchas de ravioles en lugar de abdominales, son una demostración de lo que nunca será.

Nudo: La espera antes de entrar al nutricionista es como aguardar la pena capital. La tortura de los grupos de autoayuda con mujeres culposas de robar cucharadas de papilla a sus nietos indefensos. El encasillamiento del gordo al arco. La crueldad infantil en donde los rellenos se convierten en “gordos terráqueos” o sufren de “gordoespasmos”. Las destrezas a la hora de bailar ritmos salseros. Cómo ganar el afecto de una señorita cuando el aspecto deberá ser lo de menos. El look de las prendas extra (extra) large. La internación en una clínica de la tranquila serranía cordobesa…

Desenlace: Fulco pone en palabras lo que muchos hombres pensamos, de eso no hay duda. Dueño de un estilo directo, fresco, totalmente desprejuiciado, expone su verdad sin miramientos, sin importar cuantos caigan en esa cruzada. En palabras del autor, con este libro intentó reflexionar sobre aquellas vicisitudes que afrontan todas las personas que alguna vez trataron de ir en contra del karma que representan los kilos de más.
Apoyado, a su vez, en los testimonios de varias figuras de la farándula televisiva vernácula, “Gordos, peripecias en el afán por adelgazar” provoca sonrisas tímidas, recuerdos desopilantes y risas incontenibles cuando el escritor desparrama todo su ingenioso humor negro.

Texto: Damián Serviddio


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