Extraterrestres y cowboys

Linterna verde
Hal Jordan (Ryan Reynolds) es un experimentado piloto aéreo que se gana la vida probando nuevos desarrollos creados especialmente para mejorar el equipamiento bélico de Estados Unidos. Tras una prueba que casi termina en desastre, una noche es abducido por una veloz luz verde que lo deposita a los pies de una nave intergaláctica: dentro de ella un guerrero del cuerpo de Linternas Verde le explica que su destino está en unirse a esta fuerza espacial para defender al universo de Parallax, una amorfa criatura que se alimenta del miedo de sus presas y que amenaza con destruir el balance perfecto entre planetas.
Hal es el primer humano en ser reclutado para esta misión y junto con la ayuda de su colega y compañera de entrenamiento Carol (Blake Lively, Gossip girl) deberá enfrentar sus propios temores para no desmoronarse frente a Parallax y ayudar a los otros 3600 linternas verde a salvar el universo.

Bajo las órdenes de Martin Campbell (007 Casino Royale), llega por primera vez a la pantalla grande este personaje surgido de las páginas de DC Comics y que jamás, salvo como parte del equipo de la Liga de la Justicia, había tenido la chance de estar en el centro de la escena. Reynolds y Lively están más preocupados por verse bien en pantalla y demostrar lo atractivos que son para sus respectivas plateas, que en componer personajes sólidos… algo que en definitiva no importa demasiado aquí. La acción es constante, salvo por una pequeña meseta en la cual no sabemos hacia dónde se dirigirá la historia, y hace honor a un personaje del que poco conocemos. Contar el surgimiento de un superhéroe desde su génesis no es tarea sencilla, y sin llegar a ser el mejor ejemplo de cómo se logra hacerlo, este debut protagónico de Linterna Verde tampoco decepciona del todo.

Cowboys & Aliens
Hay matrimonios que jamás deberían celebrarse, duelos que nunca deberían ser batidos y géneros que siempre deberían permanecer en estamentos estancos. La aleación de los metales más incompatibles podría llegar a ser todo un éxito en comparación con la unión de los cowboys con los aliens.
Dirigida por el actor/realizador Jon Favreau, la historia se sitúa en Absolution -un desértico pueblo de Arizona-, allá lejos y hace tiempo en el año 1873. Un fugitivo amnésico (Daniel Craig) despierta en medio de la nada con una única pertenencia: una extraña muñequera que parece soldada a la medida de su brazo. En medio de la confusión y una discusión con el poderoso terrateniente Dolarhy (Harrison Ford), Absolution es atacado por naves espaciales y depredadores extraterrestres que vienen en busca de seres humanos.
Con la ayuda de Doc (Sam Rockwell), una mujer enigmática (Olivia Wilde), el nieto del sheriff, algunos guerreros Apache y ciertos forajidos con los que se topan en el camino, el hombre sin recuerdos y el déspota malhumorado, deberán exterminar a los invasores y liberar a su pueblo.

Desde el momento en que se anunció la realización de este filme, otro de los intentos por reflotar el género western al precio que sea, más de uno se preguntó como resultaría la combinación de dos personajes clásicos de la gran pantalla. Descubrir que Harrison Ford desechó el guión en la página treinta y que debió ser convencido de aceptar este rol ya que era “lo que la gente quiere ver en la actualidad”, tal como lo confesó en una reciente entrevista, nos permite descubrir los entretelones de tamaño collage. Que el desenlace sea previsible y que las situaciones se reiteren cíclicamente tampoco ayuda demasiado. Si hay algo que confirma Cowboys & Aliens es que una sumatoria de grandes nombres detrás de cámaras (produjeron Ron Howard y Steven Spielberg, escribieron Alex Kurtzman, Roberto Orci y Damon Lindelof), no garantiza la efectividad de una película.

Reseñas: Damián Serviddio

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