Todos, en mayor o en menor medida, juntamos cosas que no necesitamos. Acumulamos objetos de todo tipo, con los que hemos establecido algún vínculo afectivo. Pero para un grupo reducido de personas, acopiar puede volverse una obsesión incontrolable, que las encierra -literalmente- en un mundo de basura al que pocos pueden entrar y del que ellos a veces no pueden escapar.
"Todos tenemos cariño por ciertas cosas. Pero suelen ser objetos que tienen un significado emocional especial, y eso está reservado a un número limitado de elementos. En cambio, los acumuladores compulsivos tienden a darles un valor sentimental a cosas que el resto de las personas considera basura", comentó a La Nación la doctora Gail Steketee, profesora de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Boston, Estados Unidos, en una conferencia telefónica.
"Es usual que muchos conservemos juguetes de nuestra infancia, pero elegimos cuáles guardar y cuáles descartar. Pero los pacientes que he visto guardan todo", señaló Steketee, una experta en hoarding, como se llama a este trastorno en inglés, para luego aportar un ejemplo: "Los acumuladores compulsivos guardarán la caja de un juego, aun cuando la caja esté vacía".
Fuente: “Cuando acumular pone en riesgo la salud” por Sebastián A. Ríos
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