
Combinar la comedia romántica con una subtrama policial no es tarea sencilla (un ejemplo reciente de resultados fallidos es “¿.. y dónde están los Morgan?”) y el director Andy Tennant no se esmera por presentar ninguna revolución a la ecuación ya conocida. La belleza de Aniston no alcanza para hacer más llevaderas las casi dos horas de un film opaco, aburrido y de escaso argumento.
Texto: Damián Serviddio
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